Recuerdo mi infancia como un tiempo de juego en la calle, un lugar de mucha nutrición y el colegio como un lugar de cierta hostilidad. También, gracias al trabajo terapéutico, puedo ahora ser consciente de las consecuencias personales y familiares de la pronta muerte de mi hermano.

Seguí inicialmente sin demasiada consciencia los pasos paternos, me licencié en ADE y desarrollé mi vida profesional mayormente en el mundo de las Telecomunicaciones y la Consultoría.

En esta carrera profesional siempre ha habido, en paralelo, un quehacer que me creara una sensación de desarrollo y crecimiento personal y también me ayudará en mi propio equilibrio personal.

No ha sido fácil andar ambos caminos, mucho esfuerzo y sensación de no pertenencia. Mi camino en el desarrollo personal y el autoconocimiento empezó joven, con el Yoga. Algo que empezó como una intuición ha terminado siendo una parte importante de mi vida personal y profesional.
Siento que he tenido grandes maestros que me han ayudado a desarrollarme, como Ramon Cases, en el Yoga, Cristina Nadal y Albert Rams en la Gestalt, Juanjo Albert en la Bioenergética y Mireia Darder en la Terapia Corporal. No por ello he dejado de buscar, crecer y formarme en disciplinas que tienen el cuerpo como parte imprescindible del proceso personal.

Es a raíz de la formación en Terapia Gestalt que siento que hay un cambio muy importante en mi trayectoria personal y profesional. El contacto con las terapias humanistas me lleva a un abordaje muy distinto a lo conocido para mí hasta el momento. Sentí que el camino que yo necesitaba emprender era trabajar con el cuerpo, así que empecé a formarme como terapeuta corporal.

En el año 2012 es cuando empiezo oficialmente a trabajar en la profesión, acompañando a niñxs, familias y adultxs hasta día de hoy, habiendo trabajado en distintas entidades e instituciones públicas y privadas en el sector educativo, social y en salud mental, trabajando con una población muy diversa.

Desde entonces he ido ampliando mi recorrido formativo, explorando distintas disciplinas corporales como los Centros de Energía, Río Abierto, Open Floor, 5 Ritmos o Movimiento Auténtico. Mi práctica terapéutica también se nutre del trabajo con sueños y los trabajos de trauma que se realizan desde el Brainspotting y el Somatic Experiencing.

Este recorrido, no solamente formativo, también me ha llevado a una transformación personal. He podido experimentar un proceso de deshielo en mi: pasando de vivir desde el miedo y congelada a poder decir que me siento, siento mi cuerpo y mis emociones. Veo mi capacidad de acción en el mundo y la actúo. En definitiva, me se viva, me siento viva y me vivo.

Podría decirse que mi vida profesional se divide en 2 momentos: El primero, lo dediqué a acompañar personas y comunidades en situación de vulnerabilidad y violencia desde una perspectiva psicosocial. Sobre todo, dediqué más de 7 años a apoyar el proceso de reintegración de las personas que fueron afectadas por el conflicto armado colombiano.Trabajé tanto con las personas que fueron víctimas directas de los grupos armados como con las personas que decidieron desarmarse para apostarle a una vida sin armas. Sin duda, cada experiencia y persona me marcó y me enseñó que cada sufrimiento, dolor y/o dificultad tiene una historia que quiere ser contada.

El segundo, comenzó en el 2013 pues preferí alejarme de la institucionalidad para trabajar directamente con las personas y sus historias. A lo largo de mi experiencia he podido darme cuenta que todas las personas necesitamos, en algún momento de nuestras vidas, un acompañamiento que nos permita trascender las situaciones difíciles y que nos generan sufrimiento.

Actualmente, me siento satisfecha con el camino recorrido. He aprendido y sigo aprendiendo a mirarme a mí misma, a sentir mi cuerpo y a reconocerme desde él. Aprendizajes que pongo en juego en los procesos terapéuticos individuales y grupales que acompaño, pues cada día me convenzo más que el proceso personal es una oportunidad de ampliar la mirada y llevarla hacia dentro.

Actualmente, mi trabajo terapéutico se nutre de la mirada gestáltica, la terapia corporal, el enfoque transpersonal,la danza movimiento terapia, el embodiment y la teoría de trauma desde una mirada neuronal, somática y relacional.